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¿Cómo cuidar la piel sensible?

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La piel sensible reacciona visiblemente a todo, por lo que tiende a ser bastante débil, con poros más pequeños y mucho más seca. Las molestias que se presentan en estos rostros pueden hacer muy difícil que se sientan saludables, pero aquí te compartiremos algunos consejos para conocerla y tratarla adecuadamente.

¿Cuáles son los síntomas de una piel sensible?

Los síntomas que demuestran tener una piel sensible son:

  • Tirantez.

  • Comezón.

  • Enrojecimiento.

  • Granitos.

  • Descamaciones.

  • Irritaciones.

  • Erupciones.

  • Aspereza al tacto.

¿Qué causa la piel sensible?   

La piel sensible es causada por la irritación de las terminaciones nerviosas en la capa superior de la piel, según expertos, esto ocurre cuando la barrera natural de la piel se debilita o se rompe por los factores desencadenantes. ¿Cuáles son los tipos de piel sensible y sus causas? ¡Aquí te lo contamos! 

Naturalmente sensible:

Se trata de factores genéticos, así que se relaciona con alteraciones inflamatorias de la piel como rosácea, psoriasis, eczema y otras afecciones de la piel.

Ambientalmente sensible:

Este tipo de sensibilidad es desencadenada por el entorno. La exposición al sol, el humo de cigarrillo, la contaminación del aire o cualquier cosa con la que entre en contacto puede provocarle una reacción irritante y punzante.

Reactiva:

La piel reactiva se enrojece e inflama con los productos de cuidado, lo que da como resultado una piel muy roja, caliente e irritada. Por eso, frecuentemente se forman pápulas o pústulas donde se colocó el irritante.

Fina:

Con el paso del tiempo, la piel se convierte en un órgano mucho más delicado por lo que es posible que se debilite, se vuelva más delgada y se irrite fácilmente.

causas de la piel sensible

 

¿Cómo elegir productos para la piel sensible?

La piel sensible generalmente es más reactiva a los jabones, detergentes, tintes y fragancias en artículos tópicos. El uso de productos incorrectos puede provocar picazón, sequedad y enrojecimiento. Esta es la razón por la cual tu rutina de cuidado de la piel es probablemente el factor más importante para cuidar adecuadamente la piel sensible.

Como existen diferentes grados y causas de piel sensible, deben tratarse muy específicamente, así que un dermatólogo es tu mejor apuesta para descubrir su propio desencadenante individual y el cuidado que debe dársele. Sin embargo, en términos generales, las personas con piel sensible deberían evitar el uso de productos de cuidado personal que contengan fragancias y tintes.

Te puede interesar:  Rutina matutina de cuidado para pieles sensibles.

Los expertos recomiendan buscar productos que mantengan y nutran la barrera de su piel como la glicerina, el ácido hialurónico y la Niacinamida, ya que son humectantes y emolientes que atraen y sellan la humedad, y las ceramidas, así como los ácidos grasos porque reponen las capas externas de la piel.

tratamiento para pieles sensibles

Consejos para cuidar la piel sensible.

La forma en que se realiza la rutina de cuidado de la piel, específicamente el paso de limpieza es muy importante para evitar las reacciones negativas. Los tips que debes tener en cuenta para limpiar una piel sensible son:

  • No frotes, ni te laves con una frecuencia excesiva , eso solo irritará la piel sensible y causará una sequedad. En su lugar, intenta usar limpiadores suaves y delicados, no jabones ni exfoliantes. 

  • El maquillaje no está prohibido , siempre y cuando elijas cosméticos que no provoquen irritación. Los expertos recomiendan buscar maquillaje mineral, a base de silicona y, en general, elegir cosméticos con menos conservadores y listas de ingredientes más cortas.  

  • Para remover los  productos a prueba de agua  se necesitan limpiadores especiales, que suelen ser muy fuertes e irritantes para las pieles sensibles, por eso  la recomendación es no usarlos .  

  • Recuerda  revisar la fecha de caducidad de tus productos cosméticos y de Skincare , evitando usarlos una vez haya terminado su vida útil.

Recuerda que, si tu piel se enrojece, se vuelve incómoda, seca, tirante o reacciona negativamente cuando se expone a cualquiera de los factores desencadenantes mencionados anteriormente, no puedes limitarte a ignorarlo. ¡Ve al dermatólogo! Busca profesionales certificados que puedan darte un diagnóstico especializado y recomendarte los productos necesarios para el cuidado de tu piel.